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No todo es tan distinto a la primera mota de agua que calló en la tierra.
Siempre todo es un comienzo para cualquier persona, puesto que no siempre seguimos el mismo transcurso que la vida nos ofrece.
Las personas tendemos a complicarnos y a intentar hacer de nuestra vida la perfección, siempre y cuando sabiendo que no podemos tener controlado cada movimiento, cada sentimiento o cada pensamiento.
¿Qué es lo que lo que está bien, que es lo que está mal?
Hay gente que realiza sus actos siempre con la condición de tener asegurado que esto es lo correcto y se olvidan de lo que de verdad sienten.
¿Y su felicidad? 
Donde queda el hacer lo que quieres, lo que de verdad te mueve, lo que te impulsa a decir "joder, que bien estoy."
Para ello sabrás que hay que romper barreras, saltarte normas y empezar a apuntar más alto de lo que quizá llegues a alcanzar.
¿Y la recompensa? 
Piensa en una plenitud, en armonía, en bienestar. En que si, quizá tengas que afrontar muchos más problemas al hacer lo que tu quieres. Pero ¿De verdad no vale la pena?

"No nacemos para ser esclavos de la razón, si no libres en sentimientos."